Nos hemos referido a la tarea educativa de Jack Herer en esta columna. De su incansable tarea al servicio de la difusión de los usos y efectos de la marihuana, reflejada en libros y trabajos de investigación, de los cuales siempre hay que aprender.
“Yo escribí mi libro, El emperador no usa ropas, 25 años atrás”, dice Herer en una entrevista, cuando faltan días para que se cumpla el primer aniversario de su fallecimiento. “Yo vengo enseñando a las personas a salvar el planeta con marihuana, cáñamo y cannabis desde 1979. Si el objetivo es prohibir todos los combustibles fósiles y sus derivados, así como la tala de árboles para la industria del papel y la construcción para salvar el planeta, y revertir el efecto invernadero, detener la deforestación, sólo hay una fuente anual renovable capaz de suministrar la mayor parte del papel y la tela del mundo, las necesidades de transporte, energía para las industrias y hogares, al mismo tiempo reducir la contaminación, la regeneración del suelo y limpieza la atmósfera… Todo al mismo tiempo, ya que esta planta lo ha hecho antes. Y esta planta es la marihuana, cáñamo y cannabis”, sostiene, en uno de sus más polémicas conclusiones.
El razonamiento de Herer es bastante lógico, hay que decirlo. La base de su ganado respeto internacional, justamente, se apoya en sus investigaciones rigurosas y su acabado conocimiento del tema. Estas son algunas razones que expone Herer, al referirse al planeta marihuana:
“Sus raíces crecen 3 metros en treinta días, frente a los treinta centímetros de otros cultivos anuales. Sus raíces penetran profundamente y airean el suelo. Después de la cosecha, la raíz del sistema se descompone en la tierra, lo que da revitalización a la tierra. Es la reina de todas las plantas. Toda la información que tengo sobre el cannabis, cáñamo y marihuana fueron tomados de los informes de los departamentos estatales y federales de Agricultura, artículos en revistas como Popular Mechanics, Popular Science, la revista de pulpa y papel, la revista Scientific American, los datos de enciclopedias y farmacopeas, y los estudios del pasado de hace 200 años. Es toda información pública”, repite, una y otra vez.
Por eso no asombra que ofrezca precisiones históricas, que ayudan a entender la dinámica económica alrededor del cultivo. Según Herer, de 1740 hasta 1940, el 80% de toda la marihuana, cáñamo y canabis del mundo era cultivada e industrializada por los cosacos y exportada por Rusia. Y hace 125 años, entre el 70% al 90% de toda cuerda, cables, velas de navíos, lonas, tejidos y ropas, eran hechos de fibra de marihuana, cáñamo o canabis. Todo esto fue substituido por la aparición de la fibra petroquímica, hecha por DuPont en 1937, uno de los grandes lobbies en la prohibición y penalización del cultivo de marihuana en Estados Unidos y en buena parte del mundo.
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